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Reivindicación del ego


Por: Brandon Martínez


Las manifestaciones de ego suelen ser un distractor del objetivo o valor principal de las expresiones que, al considerarse su emisión con algún grado de egolatría, dificultan el enfoque hacia la esencialidad de lo expresado, que incluso puede llegar a desestimarse debido a esta impresión. Pero… ¿por qué y cómo es que el ego ajeno nos puede llegar a afectar? ¿Debería importarnos el ego del otro, o es algo que sólo compete a su poseedor?


Para ahondar en este asunto es necesario distinguir entre el ego, la arrogancia; la humildad y la modestia

El ego, del latín ‘yo’. En psicología y filosofía designa a la consciencia del individuo, entendida como su capacidad para percibir la realidad. Por otro lado, en el vocabulario coloquial puede referirse a una auto-valoración elevada. Vemos que por sí solo, únicamente evoca condiciones internas y que no debería significar ningún problema. }


Según la psiquiatra estadounidense Melissa Deuter, el ego es fundamental para la seguridad, fortaleza y bienestar; mejora las relaciones sociales, facilita el vínculo sentimental, potencia el liderazgo en el entorno laboral, beneficia la salud y promueve la felicidad. El ego, pues, solo constituye el punto de partida para las demás categorizaciones; es la línea sobre la que se manifiestan, y en la que se definen en base a sus formas de exteriorización e interacción entre el ego y el exterior, que constituye la experiencia, cuyas impresiones hacen que el ego se vaya construyendo y redefiniendo (Poul-Sartre, 1,936).


La arrogancia es una autovaloración elevada, pero en contraste o a costa del menosprecio o subordinación de los demás. Se define como un exceso de orgullo sobre sí mismo, que lleva a creer y exigir más privilegios que a los que se tiene derecho. Según el empresario, escritor y orador motivacional Robert Kiyosaki “La arrogancia es el ego más la ignorancia” como siempre la ignorancia, un agente del mal (https://ecosrevistadigital.wixsite.com/misitio/post/la-suma-importancia-de-la-educaci%C3%B3n) De esta forma ya no conlleva solo una condición interna, sino que también consta de estimaciones externas, pero de manera despectiva e inexacta, que posiblemente sí denote un problema interno que se proyecta como un mecanismo de defensa que demuestra que en realidad no se tiene tanta confianza en sí mismo, pero que debido al ego inicial acompañado de ignorancia o falta de objetividad sobre sí y el entorno (etapa del desarrollo cognitivo infantil que al no ser superada en edad adulta, puede ser considerada como una patología según la teoría de la mente) se asume una postura de defensiva constante. Al respecto Fulton John Sheen dijo que “La arrogancia es la manifestación de la debilidad, el miedo secreto hacia los rivales”.


Así vemos que la arrogancia ya posee connotaciones de miedos, ira, codicia, apetitos deshonestos, indolencias, complejos, etc. Asemejándose más a la noción hinduista de “ego”, teniendo en cuenta que esta tradición oriental entiende como “Atman” a lo que la psicología y filosofía occidental llama “ego”.


Al final, esto solo es una aclaración de las confusiones y mal entendidos que se generan en el traspaso de conceptos de una tradición a otra, y sus posteriores desarrollos independientes condicionados por la forma lingüística respectiva…

La humildad: Su significado se relaciona con su origen etimológico. Como tal, la palabra proviene del latín humilîtas, que a su vez proviene de la raíz humus, que quiere decir ‘tierra’. También constituye el mismo origen simbólico de la frase “poner los pies sobre la tierra”; o sea, se refiere a la toma de conciencia sobre las propias limitaciones y debilidades, pero no únicamente, ya que en ese caso nos estaríamos refiriendo a la sumisión y baja autoestima, por lo tanto, se requiere el acondicionamiento del justo reconocimiento de las virtudes, atributos y potencial, permitiéndonos percibir con normalidad la diversidad de variantes positivas y negativas, tanto propias como del resto; lo que marca el principio de equidad y nos permite tener una visión más sensata y comprensiva de la realidad, ubicándonos así en el justo medio.


La humildad y el ego no son incompatibles ni antagónicos, en realidad conforman una buena aleación que permite el ejercicio de valores como las cuatro virtudes cardinales, enunciadas por Platón, las cuales ejercieron gran influencia sobre el pensamiento posterior del cristianismo; pues para aplicar y desarrollar cada una de ellas, se requiere fortalecimiento y seguridad interna (el ‘yo’) educada desde la prudencia y sensatez (humildad) que permite percibir con claridad a la justicia. De esto emergen todos los demás valores, como la generosidad, uno de los más importantes.


La generosidad requiere el verse a sí mismo con potencia, capaz y apto para aportar al bienestar de los demás. Necesita de un enriquecimiento personal e interno, su autorreconocimiento, y la empatía para poder ejercerla. Por esta razón es que las personas con baja autoestima y depresión presentan serias dificultades para ser productivas, afectando la capacidad de llevar a cabo las tareas más sencillas (https://ecosrevistadigital.wixsite.com/misitio/post/sabias-que-la-depresi%C3%B3n-afecta-a-la-capacidad-de-llevar-acabo-las-tareas-mas-simples) pues se requiere ante todo fortalecer el ego, que en términos mas agradables y libres de confusión se entiende como “amor propio”. Todo consiste en la retroalimentación, pues se requiere del ego para llevar a cabo y con eficacia acciones nobles, que retribuyen al ego fortaleza y bienestar al sentirse útil y capaz, y es justamente por esto que se siente tan bien el ejecutar actos de justicia y bondad, y que algunos creen que es mejor dar que recibir. Por eso se aconseja ser caritativo y generoso para contrarrestar la depresión, sirviendo como apoyo a distintas terapias.


“se inteligentemente egoísta” Dalái Lama.


La modestia es la única forma de hipocresía aceptada y valorada socialmente; es así porque consiste en limitar las propias manifestaciones del ego, lo cual evita que el de los demás se vea atacado y reaccionen generando conflictos. Se basa en la represión y el aparentar menos de lo que se auto considera, es decir; una persona modesta no puede ser aquella con pobreza de cualidades positivas, para la modestia se requiere la posesión de bienes, pero que se oculten o disminuyan ante el ego ajeno; por eso es básicamente hipocresía, al no existir cohesión entre lo que se considera y lo que se expresa, debido al temor por el confronta miento entre egos, lo cual ha hecho que la modestia se establezca como una norma social poco cuestionada.

Hay una variante de la modestia aún mas hipócrita, conocida como la falsa modestia, que consiste en una forma de superioridad y arrogancia disfrazada, en la que se desea obtener el reconocimiento por la labor, y también por la “modestia”, así que se tiende a caracterizar por las demostraciones de “menosprecio” hacia las propias cualidades que evidentemente son en realidad positivas; como cuando alguien se queja del aspecto de su pelo, sabiendo que es uno de sus mejores atributos. Esta forma surge de la necesidad por expresar orgullo, pero que, como se sabe que esto es mal percibido debido a los prejuicios entorno al ego, entonces resulta en un enmascaramiento patético de las verdaderas intenciones.


La forma ideal de proceder en todo caso, es a través de la honestidad, cualidad que hace referencia a un conjunto de atributos personales como la decencia, el pudor, la dignidad, la sinceridad, la justicia, la rectitud y la honradez en la forma de ser y actuar. Por lo tanto requiere de la suma de todos los valores, y limpia de toda impureza y pretenciosidad las manifestaciones del ser moralmente formado, que se permite aceptar con humildad sus errores y equivocaciones, y se deja corregir de quien se los haga ver con claridad; pero que tampoco teme mostrarse ante el mundo como lo que en verdad cree o sabe que es, aportando desde la plena conciencia de sus capacidades.


La honestidad no divorcia al ego de la humildad, sino de la ignorancia.

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