Por: Brandon Martínez
El origen de la maldad recae sobre la ignorancia; si se lucha contra el mal, se requiere ante todo educar e informar…
La maldad se suele considerar como algo subjetivo, permitiendo así a la demagogia favorecer a la corrupción e injusticia, siendo todo esto generado justamente por la incomprensión sobre dicho asunto.
La ponerología es la ciencia encargada del estudio de la naturaleza del mal; este sistema interdisciplinario hace uso de datos de la psicología, la psicopatología, la sociología, la filosofía y la historia, por lo tanto este asunto sí se puede y se debe tratar objetivamente.
Es necesario tener en cuenta lo que se considera como malo desde sus dos manifestaciones: la incontrolable, que se refiere a accidentes, catástrofes naturales y patologías fisiológicas, mentales e infecciosas.
La segunda forma se basa en la voluntad o intencionalidad, que comprende lo inmoral, perverso e irracional, y se debe tener en cuenta que se sirve de la primera.
Para poder limpiar en lo posible todo rastro de subjetividad en esta cuestión, se requiere no verlo de forma individualista y sectaria; o sea, sin enfocarse en dilemas sobre lo que es bueno para unos y malo para otros y bajo qué circunstancias; no, es necesario buscar un fin trascendente al sujeto o grupo en cuestión y a las circunstancias momentáneas; es decir, hay que apelar a lo atemporal y universal; es en este sentido (ya presente intrínsecamente en la psique, y por lo tanto intuitivo) que estos términos de lo moral, lo correcto, el bien y el mal, tienden a asociarse a temas de imaginación supernaturales, evadiendo la posibilidad de ser analizados objetivamente y tratados con medios racionales.
Éste fin último y singular al que se debe recurrir para tratar con determinación a esta cuestión, es la plenitud o progreso integral de la consciencia colectiva en sus innumerables áreas que conforman un organismo en el que cada parte debe cumplir una función orgánica con el resto, cuyos principios deben obedecer al orden, la armonía y el equilibrio, que en resumidas cuentas se trata de sinergia; es decir, si hay alguna deficiencia en algún área, todo el conjunto se afecta, por ejemplo; cuando hay un elevado desarrollo tecnológico, pero no moral o ético, los resultados suelen ser catastróficos; la economía requiere de sistemas éticos y científicos para que la riqueza y bienes puedan ser distribuidos de la manera mas justa; las personas psicópatas con un alto IQ muestran deficiencias en cuanto a la empatía y el rango normal de las emociones humanas, a pesar de poseer un gran desarrollo en otros aspectos de su capacidad mental que les permite ser grandes estrategas, pero que denotan un desequilibrio cognitivo debido a su incomprensión, que se puede traducir en ignorancia debida a su incapacidad para reconocer y asimilar el sentir emocional del otro (capacidad que la evolución humana a desarrollado con propósitos de éxito biológico para nuestra especie).
Cada parte debe servir a ese bien último, aun sacrificando intereses particulares… veámoslo como un ser vivo en el que cada célula, tejido y órgano cumplen una función específica para su crecimiento, nutrición, movilidad y demás funciones biológicas; si sufre alguna herida, infección o algotro tipo de daño, su organismo tendrá que hacer algunos sacrificios, eliminando algunas de sus propias células y modificando ciertas funciones en beneficio de la supervivencia del ser que conforma la totalidad y representa a ese fin último.
Es en este sentido que se requiere tener formación holística, para comprender cada posición del entramado y saber cómo dirigirse; lo contrario es el desconocimiento, la desinformación, la ignorancia en su sentido más general, que conlleva a una mala ejecución de las funciones, ya que como seres racionales que somos, necesitamos entender para poder proceder correctamente, por lo tanto es necesario invertir todo esfuerzo en educación y divulgación de la información…
Los datos estadísticos siempre señalan que, a mayor desarrollo educativo en cualquier región y época, mayor desarrollo integral. Ya lo decía Platón “La ignorancia es la raíz y el tronco de todos los males”
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