Por: Elvia Villarreal De León
Parece que fue ayer
Cuando en mi vientre te movías y pateabas, te daba hipo y saltabas, de muchas formas demostrabas que ya estabas aquí, que te urgía llegar para este mundo explorar. Cuando tu bella mirada se posó en mí al momento de nacer, tú gritabas y yo no pude decir nada, pues la emoción me embargaba, pero sé que escuchaste a mi alma diciéndote al oído:
“Hola mi pequeño, hace mucho te esperaba "
Parece que fue ayer...
Que te cargué en mis brazos, te acuné en mi regazo, me acomodé a tu lado mientras tu escuchabas muy asombrado las historias y relatos que me pedías leer, y cuando al fin te dormías te besaba suave, repetidamente, agradeciendo con el alma el tenerte, por ver que cada noche marcaba una nueva aventura para el día siguiente, siempre haciendo planes al por mayor, mezclados con realidad y ficción.
Parece que fue ayer...
Cuando te vi florecer, de ser mí tierno bebé al príncipe azul que muchas chiquillas querían tener, pero tuviste la inteligencia de mezclar tus deberes de la escuela y tus ansias de libertad, aprendiste a perseguir el mundo que tu anhelabas conquistar, con los sueños de ese pequeño pero con la decisión de ese hombre en que Dios te convirtió.
Parece que fue ayer...
Cuando mí amor te di en un beso y tu rostro acaricie, pensando siempre en un hasta luego o un tal vez, sin saber que ese hasta luego será siempre eterno porque estás presente en cada momento, viviendo en mi corazón, dejaste tu cuerpo pero te fundiste en mí alma y cuando estoy triste, mí pequeño, mí amado ángel, busco en ti la calma. Dios sabe porque hace las cosas, aunque no encontremos una explicación, El siempre tiene... tiene una razón...
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