Por: Elvia Lydia Villarreal De León.
He estado pensando en un hombre qué conocí de pequeña, cuando era un chiquillo y estaba de niñera, hubo una fiesta y los adultos festejaban, mientras los niños solo lata daban, ese chiquillo era el mayor y todo mundo infantil lo respetaba, no sé por qué le tenían miedo pero con un grito los calmaba. En ese tiempo él era el más grande de toda la manada, y todo el tiempo ensimismado estaba, dejando por ratos que los demás jugarán o pelearan, pensando en su futuro o tal vez pensando en nada, siempre viendo al horizonte buscando qué sé yo, siempre con tristeza en su mirada, buscando una respuesta o una ilusión.
Rara vez sonreía, y aquel día no fue la excepción, pero me llamó la atención desde ese momento su estado de tristeza y reflexión. Durante muchos años siguió igual y ya siendo hombre esa melancolía nunca lo abandonó, como si no viviera la vida misma, como si muriera cada nuevo día. Por supuesto que sonreía, mucho más que antes lo hacía, pero su sonrisa seguía siendo hueca, sin alegría verdadera, como si su alma extrañara la alegría o el amor tal vez de otra vida.
Con el paso de los años sus sueños ha realizado, con subidas y bajadas su vida ha continuado, es aún más de lo que pensó ser, y aún tiene mucho por hacer, pero lo que más deseó fue amar y ser amado, tal y como él es. Esa tristeza en su mirada hasta hace poco lo acompañaba, al igual que la soledad que desde siempre lo abrazaba, aunque los cotilleos empiezan a correr y dicen que más feliz se le puede ver, que sus ojos ahora brillan como nunca antes y hasta su sonrisa, que antes era triste y fría por fin algo la motiva, que se le ha oído cantar con un sentimiento que antes no tenía, que ahora sí ama la vida, él sabe el motivo de su alegría y obviamente también su mujer, pero prefiere callar porque ella no termina de aceptar que lo tuvo mucho tiempo y nunca lo supo valorar.
Yo a veces me pregunto qué tan cierto puede ser todo lo que dicen y cuánto hay que creer, la familia lo quiere a él y a la mujer no la pueden ya ni ver, aparte de su forma de ser, lo ha hundido a más no poder, nunca lo ha apoyado y siempre lo ha chantajeado, pero a pesar de que todos lo aconsejaron que buscara el amor en otro lado, él nunca dio ese paso, y después de tantos años, será qué él encontró lo que tanto había anhelado? Y si es así, será capaz de hacer su máximo sueño a un lado[i1] ? Un cuento del que el final aún está por ver...
Por: Elvia Lydia Villarreal De León.
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