Por: Reina Ramírez
Magnánima fue tu lucha
Observas desde la eternidad
Radiante tu mirada erguida ante,
Aquella acusación indigna,
Zafia y encumbrada vos dio la orden,
Aquel glorioso criollo cayó en tierra, abatido por las balas, pero
Necio es ignorar que tu presencia devoraría los siglos.
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