La capacidad de una mujer de quedar embarazada y tener un hijo termina de manera natural a los 40 o 50 años. Su cuerpo va contrarrestando la producción de hormonas que son las que ayudan a que puedan tener hijos y sus ovarios dejan de liberar ovocitos. Su ciclo menstrual cambia a lo largo del tiempo y con esto su fertilidad también.
Las pruebas hormonales pueden ser especialmente útiles para evaluar los problemas de fertilidad, las causas del cese precoz de las menstruaciones, para detectar otras condiciones con síntomas similares a los de la perimenopausia, como son los problemas de la tiroides. Pero durante la perimenopausia, las pruebas hormonales generalmente no son muy útiles, porque los niveles hormonales cambian a lo largo del ciclo menstrual.
¿Los niveles de Hormona Estimuladora del Foliculo altos siempre indican menopausia?
Un nivel de FSH( hormona estimuladora del folículo) elevado no es suficiente para confirmar la menopausia. La medida del nivel de FSH puede ser engañosa en la perimenopausia, ya que los niveles de estrógeno y de FSH pueden variar mucho durante la perimenopausia. El diagnóstico debe ir acompañado de la existencia de síntomas relacionados con la menopausia como los sofocos o cambios en la menstruación. Cuando se dan estos síntomas, el nivel de FSH en sangre es de 30 mUI/ml o más, y no ha tenido un período menstrual durante un año, en general se acepta que ha llegado a la menopausia.
El diagnóstico de la perimenopausia generalmente se puede hacer mediante la revisión de la historia médica de una mujer, su historia menstrual, y sus signos y síntomas.
Los síntomas más comunes que indican que una mujer está comenzando con la perimenopausia pasados los 40 años son los cambios en las menstruaciones y la aparición de sofocos.
Los sofocos por menopausia son cada vez un síntoma más recurrente en las mujeres de edad avanzada. En esta etapa su organismo sufre de estrés y acaloramiento. Uno de los síntomas más comunes al llegar a la era de la menopausia son esos molestos calores, que suelen aumentar durante la noche y causar somnolencia.
Aunque, por lo general, los cambios hormonales conducen a muchos otros malestares, estos sofocos son de hecho, se estima que cerca del 85% de la población femenina padece esta condición durante el primer y segundo año de la menopausia, tal y como asegura el estudio anteriormente mencionado. Se entienden entonces, que un grueso número de mujeres padecen de este mal.
Si bien no se trata de un problema grave de salud, suele ser bastante incómodo, puesto que, considerando sus consecuencias, interrumpe el buen dormir y puede ser desesperante
Por fortuna, a lo largo de los años, se han descubierto muchos remedios de origen natural que pueden ayudar a controlarlos para que no se conviertan en un problema.
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